Vivaldi: efecto doppler

con el tocayo trujillo

esta clase llego con un aire de muerte con mi cuerpo aparchado de pies a cabeza para protegerme de las posibles heridas que recibiria debido a no cumplir con la noble mision explicada con suficiente anterioridad para que se considerase una completa irresponsabilidad, traer un instrumento musical, las causas de la falta fueron varias, primero no estaba seguro si soñaba o simplemente me volví un fantasma al que todos pueden ver sin impresionarse en lo mas mínimo, y ademas que el único instrumento que hubiera tenido sonido legitimo es el piano de cabecera de mi abuela, lamentable noticia para nuestra realidad y sus limitantes, la presentación sin nada en las manos con mis manos mentalizadas a defenderse de la justificada apedreada no fue lo que esperaba y al mismo tiempo si, la profesora había llevado instrumentos para la gente que no llevase, demostrándose que la flojera, las limitantes, el olvido casual y la indisposición espiritual no son nuevas noticias en el mundo, con honor los resagados musicales entre ellos mi persona se dispusieron a mezlarse en la multitud indiferente a nuestra picara presencia, luego nuestra profesora chamanica nos lanzo diferentes cánticos que salían invisibles de un aparato digital de la época del futuro, sin que nadie cuestionara la legitimidad ni lo extraño de la situación, el grupo se dedico a sentir la música, anterior a esto dejaron en el centro de la ruca los instrumentos como si fueran a quemar el patrimonio cultural de alguna respetable y malentendida cultura, y se les pidió que eligieran alguno, lo normal es que la elección en la vida del humano sea el encuentro mas cercano al dolor, pero en el aso de nuestro ruiseñor fue fácil ya que la culpa de no haber aportado nada a la fogata de su mente lo llevo a reducir el universo electoral a los instrumentos becados de nuestra chaman, eligiendo el huevo relleno de arroz por la similitud genital de sus gónadas, y se dispuso a expresar toda la emoción producida por las ondas de luz reflejadas en la pantalla que sobresaltaban por su carácter simbólico emocional y su pureza colorina, fruto de la victoria computacional de el proyector terriola, debido a las limitancias de sonido de la percucion por rasgeo de semillas, la mano de cinco dedos de mi ser se digno a acelerar y a frenar, evidenciando todos los estudios de perdida de creatividad e inferioridad del hombre, luego de una intensa tocata que provoco el revuelo en los dominios terapeuticos ocupacionales, se nos dispuso en grupos según el tipo de instrumento que escogimos, dejando el destino de nuestras previas elecciones mortificar nuestras posibilidades en el recurso humano, en el grupo de las maracas, panderos y huevos, desarrollamos una diversa y colorida danza de muñecas que ademas genero una replica exacta de la música ensayada, ademas de elegir el nombre de nuestro grupo como "las maracas del callejón", una picara jerga que jugaba con el libertinaje sexual y la prostitución femenina, pero en vez de generar la gracia esperada solo dejo un rastro de la inocente vulgaridad de las nuevas generaciones, pero aun así la pasión con la que realizamos nuestra presentación supero mis expectativas, sintiéndome mas liberado que una adinerada dama de café, pero una sorpresa de el mundo del espectáculo opaco la gloriosa presentación rítmica realizada por el grupo de las del callejón, los palos de agua, con su sencillez, terminaron por llevarse la noche, mostrándonos como la adversidad aveces es el mayor de los favores.

guajira, ciudad de encantos